Here the artist shows his three children: his son Joaquín standing, his older daughter María seated on the left and Elena, the younger daughter, on the right. The presence of this canvas in various international exhibitions during the artist’s lifetime suggests the importance Sorolla attached to it, not just as a family scene, but as evidence of his progress and artistic maturity. There is no doubt that Sorolla had Velázquez in mind when he turned this portrait of his family into an ambitious painting transcending this intimate subject. It has often been suggested that Sorolla took his inspiration for this portrait from Las Meninas, mainly because of the placing of the group in the foreground and the depth of the background, and also because of the canvas prepared for the portrait which can be seen on the right at the edge of the painting. The atmosphere evoked here is reminiscent of John Singer Sargent’s Daughters of Edward Darley Boit, another famous group portrait also inspired by Las Meninas, exhibited in the Paris Salon of 1883 and which Sorolla may have seen.

 

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La presencia de este retrato familiar en varias exposiciones internacionales celebradas en vida del artista manifiesta la importancia que el pintor atribuía a este retrato, y su consideración como obra que trascendía el ambiente familiar, digna de ser contemplada por el público y potencial herramienta para captar nueva clientela.

El cuadro representa a los tres hijos del pintor en el estudio que tuvo Sorolla en su primera casa en Madrid. Joaquín, el menor, posa de pie, y apunta ya las maneras de dandy que le caracterizarán en sus retratos sucesivos; María (a la izquierda) y Elena, con vestidos y lazos rojos, posan sentadas en actitud relajada.

Repetidas veces se ha señalado en este cuadro de los meninos, los niños de Sorolla, su inspiración en Las meninas de Velázquez: la situación del grupo en un espacio que se desarrolla por detrás de ellos en gran profundidad, la presencia del lienzo preparado para el retrato en un margen del propio cuadro, la intensa sugestión atmosférica. y también su relación con otro famoso retrato de grupo a su vez inspirado en Las meninas: el retrato de Las hijas de Edward D. Boit, que fue expuesto en el Salón de París en 1883, obra de John Singer Sargent, a quien acaso pudo conocer Sorolla ya en 1885 en París.

Estos elementos delatan en todo caso la intención de Sorolla de aprovechar la libertad que le brinda el retrato familiar para hacer un cuadro de empeño y profundizar en sus intereses sobre la visualidad y la relación entre realidad, pintor y cuadro: con el lienzo vacío ahí situado, Sorolla introduce también el juego conceptual del espectador identificado con el pintor, el equívoco espacio-temporal, el diálogo entre arte y realidad, la interacción entre realidad sensible y realidad pintada y la alteración que ésta supone.

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